Julia Rana

Mi foto
Me llamo Julia, nací en la ciudad de Bahía Blanca, el día Domingo, 8 de Octubre de 1967, en la calle Soler, en la casa de una partera de apellido Greco Mi madre biológica, por 1967, era una chica de unos 20-22 años de edad, de una estatura de 1m55 cm. (aprox.) rubia y que vivía en una CASA INTERNA situada a 3 CUADRAS de la PLAZA principal de la ciudad vecina de PUNTA ALTA, junto a ella se encontraba un hombre de estatura alta, rubio y con el aspecto de ser de la Marina, no se sabe si era su marido, su padre o algún pariente. A los 3 días de mi nacimiento, una VECINA PUNTALTENSE la había DENUNCIADO, por su llegada al domicilio sin panza y sin bebé. A su lado también estuvo SU HERMANA quien la acompañó en esta situación. Simplemente, y no es poco, quiero CONOCER MI ORIGEN BIOLÓGICO.

viernes, 19 de febrero de 2010

Nota en el diario LA NUEVA PROVINCIA, 31 de Enero de 2010

Julia quiere saber quién es
La historia de una mujer de 42 años que busca su identidad después de descubrir a los 25 que era adoptada.

     A Julia le dijeron que llovía bastante aquel 8 de octubre de 1967. A Julia le dijeron que su mamá biológica tenía muchos hijos y que por eso no la podía criar. A Julia le dijeron "para qué querés un problema más". A Julia le dijeron tantas cosas. a Julia le dijeron la verdad mucho después.
* * *
MAXIMILIANO PALOU
"La Nueva Provincia"
     Julia Rana tiene 42 años. Es uno de los 4.500.000 de argentinos adoptados que buscan su identidad.
     A los 12 años Julia tuvo la primera sospecha de que no era hija de Beatriz y Francisco.
     "Un día me puse a revolver la cómoda en la que se guardaban los papeles importantes y encontré mi partida de nacimiento, pero no decía nada. Me descubrieron y me preguntaron qué buscaba. Les dije que mi partida de nacimiento y les di a entender que sospechaba que no era hija de ellos, pero me dijeron que me sacara eso de la cabeza y hasta trajeron las partidas de nacimiento de unas primas para que comprobara que eran iguales", cuenta Julia 30 años después.
     Cuando estaba en el cuarto año de la Escuela Mosconi de Ingeniero White inventó una excusa para explicarle a la profesora de Geografía por qué había faltado a una prueba.
     "Le dije que había tenido una noche difícil porque me había enterado que era adoptada. ¡Mentira! Pero no sé por qué dije eso".
     Hasta ahí llegó. Diez años más tarde sería el gran día.
* * *
     La mamá de Julia estaba enferma aquella primavera de 1993. El papá también. Dejó a su hijo Kevin que era chiquito con su marido y la acompañó al médico. Llegaron a la clínica de calle Lavalle y entraron al consultorio.
     Mientras Beatriz estaba en la camilla y Julia sentada en una silla, la médica hizo la pregunta.
     --¿Hijos?
     --Ninguno --dijo Beatriz.
     "Nos miramos y ella sólo se sonrió. Pero en ese momento confirmé las sospechas que había tenido durante años", dice Julia a 17 años del día en el que su mamá dijo que no tenía hijos.
     La consulta terminó en silencio. El viaje hasta Ingeniero White fue en silencio. En el auto estaban el marido de Julia, Kevin, Beatriz y Julia. No habló nadie. Llegaron a la casa de avenida Dasso, Julia bajó con su madre y le dio un beso. En silencio. Volvió al auto. José ya no aguantaba más y le preguntó a su mujer.
     --¿Qué pasó Julia?
     --Pasó algo de lo mío.
     Llegaron a casa. Julia agarró el teléfono y llamó a su amiga Paula. Tenía que hablarlo con alguien. Paula la contuvo.
     También llamó a una prima mayor para ver qué sabía. Pero no le dio muchas soluciones y hasta se atrevió a decirle "para qué querés saber".
     "Pero lo dejé todo ahí. En ese momento la prioridad era la salud de mis padres que estaban enfermos", dice Julia.
     Al día siguiente volvió a casa de mamá.
     "Ni bien abrió la puerta nos abrazamos. Lloramos y nos fuimos a la que había sido mi pieza. Mi papá estaba en su cuarto porque estaba muy enfermo. No le reproché nada. Mis padres adoptivos me dieron muchísimo amor".
* * *
     A los 25 años Julia se enteró de que no era hija de esas dos personas a las que siempre les había dicho papá y mamá. Pasó por épocas en las que quería saber quién había sido su mamá biológica y por momentos en los que quería dejar atrás esa historia. Su historia. Iba y venía.
     En octubre del año pasado habló con su amiga Paula. Estaba decidida a saber más, pero la relación con quienes podían saber algo no era buena. Paula le dijo: "Yo voy".
     --¿Y que se trajo Paula?
     --La verdadera historia.
     --Que es...
     --Mi mamá había perdido un embarazo y desde ese momento no podía tener hijos. Entonces un ginecólogo amigo de la familia se comprometió a avisarles cuando hubiera una madre que quisiera dar a su hijo. Mi mamá biológica me tuvo en la casa de una partera de apellido Greco en la calle Soler el mediodía del 8 de octubre de 1967. A las cinco de la tarde me fueron a buscar mis padres. Me fui a mi casa y me llevaron a que me conozcan una tía y después a White a lo de mi abuela paterna. Después nos fuimos a casa, en White.
     Había otra parte de la historia.
     --Tres días después de que mi mamá biológica me diera, se apareció en lo de la partera. Estaba desesperada porque una vecina la había denunciado cuando volvió a Punta Alta sin bebé y sin panza. Unos tíos y primos míos se presentaron en la casa de mi mamá biológica en Punta Alta para tranquilizarla y decirle que un juez se había encargado de todos los "trámites" y que yo ya había sido anotada en el Registro Civil como hija legítima de mis padres adoptivos.
     Julia ya tenía gran parte de la verdad. Pero quería cerrar su historia. A la 1 de la tarde del 26 de diciembre del año pasado se sentó frente a la computadora y abrió una página en la red social Facebook. La tituló "Soy JULIA y estoy luchando por mi DERECHO a conocer MI IDENTIDAD BIOLOGICA".
     Puso una foto de cuando tenía ocho meses y escribió "Durante estos últimos meses he leído tantas historias similares a la mía que no soy la única que busca y lucha por el derecho a su identidad. Deseo dejar constancia que no tengo ninguna intención de trasfondo. Simplemente, y no es poco, quiero conocer mi origen biológico". Y contó su historia. Ya tiene más de 270 fans que le desean suerte y la alientan en su búsqueda.
     Ella sabe que quien podría ser su mamá vivía en una casa interna en la zona de la plaza principal de Punta Alta y que el apellido es Gómez. Que al momento de tenerla andaba por los 20-22 años, que medía alrededor de 1m55 y que era rubia.
     Y deja en claro: "No busco una familia, busco mi identidad. No creo que cuando la encuentre le diga `mamá'. Acá hubo un pacto de silencio del que ella también participó. Entiendo su miedo de hablar y de sentir que cometió un delito, un delito que nunca existió y que hoy después de tantos años nadie le va a reprochar nada por haber tratado de hacerle un bien a su hija que no iba a poder criar".


4.500.000
Son los argentinos que buscan su identidad. El número fue suministrado por los titulares de la Fundación Adoptar (www.adoptar.org.ar) y la agrupación Quiénes somos? (ag-quienessomos.com.ar), Julio Ruiz y Luis Verdina, respectivamente.
"Sólo en el sureste de Santiago del Estero desaparecen 12 niños por semana. Algunos van a Estados Unidos o Europa para cumplir roles de hijos, pero la mayoría son usados para el tráfico de órganos, prostitución o pornografía infantil", dijo Ruiz en diálogo con "La Nueva Provincia".

No hay comentarios:

Buscar este blog

Ayer y hoy

Ayer y hoy
Busco Mi origen biológico